“Conseguir una simbiosis entre la izquierda social y la izquierda política, pero sin que la izquierda política vuelva a fagocitar a la izquierda social”. Con estas palabras intenta resumir Miguel Urbán el espíritu del proyecto Alternativas desde Abajo, que pretende congregar a todo el espectro social y político contrario a las actuales directrices económicas españolas y europeas, para acabar consiguiendo el poder en las próximas elecciones generales.
El hecho de que Miguel Urbán sea el líder de Izquierda Anticapitalista (escisión de IU) es aquí poco relevante, según se infiere de sus palabras. En la inciativa también están Equo e Izquierda Unida, grupos ecologistas y el Frente Cívico, pero en Alternativas desde Abajo ninguno de los militantes de estas fuerzas, sea del rango que sea, hablará como tal, sino como individuo, reproduciendo el espíritu asambleario nacido hace dos años con el 15-M. De hecho, asambleas indignadas, mareas sociales y profesionales y pequeñas candidaturas locales conforman la verdadera osamenta de este proyecto.
Como arranque, los días 7 y 8 de junio celebrarán en Madrid unas jornadas públicas bajo el epígrafe ¿Cómo construir la alternativa desde abajo? En el “llamamiento abierto” redactado por los convocantes se explicita el objetivo de “impulsar un proceso de reflexión y confluencia amplio, horizontal, plural y participativo, capaz de reconocer en su competencia y diversidad los múltiples colectivos que ya hace tiempo que trabajan por el cambio democrático y pacífico. Dentro de esta reflexión, pensamos que deben abordarse temas tales como las alternativas a la crisis del régimen del 78, los procesos constituyentes, el debate sobre qué programa de urgencia social para romper con la dictadura de la deuda y las alianzas necesarias para llevarlo a cabo, la relación entre movimientos sociales y organizaciones políticas o/y las formas participativas y de democracia interna de la que debería dotarse una nueva herramienta política de las y los de abajo”.
Esta misma semana, una encuesta elaborada por Simple Lógica desvelaba que el 54,7% de los ciudadanos estaría a favor de que del 15-M surgiera una candidatura electoral. No es exactamente este el caso. De momento. Según declaró Urbán a cuartopoder.es, “de momento no es tanto como un proyecto de partido, pero queremos unificar el sentimiento de que es necesario echar a esta gente. Se les puede echar desde el parlamento, con las armas o con los votos. Como con uno no podemos y con las armas no queremos, habrá que echarlos con los votos. Primero tendremos que dicutir desde qué bases mínimas podemos hablar de unidad, y después ya veremos cuáles son los siguientes pasos”.
Urbán no quiere ni oír hablar de que este proyecto pueda ser el embrión de un nuevo frente de la izquierda española reunificada, a pesar de que ahora las encuestas empiezan a vaticinar que entre PP y PSOE no sumarían siquiera un 50% de los votos y podría convertirse en alternativa real por pimera vez en democracia. “La política no es como la matemática: la suma no tiene por qué dar un resultado positivo. Esto no puede ser una suma de siglas. Hay gente que no quiere estar en nuestras organizaciones, pero sí querría formar parte de un frente amplio de otro tipo. Esto parte más del 15-M. Del clima de euforia social que nació hace dos años con el 15-M. Con ese clima de euforia la unidad es mucho más posible”.
¿Y después? “Ese frente social tiene que ir por barrios, pueblos y ciudades para territorializar esa ilusión?”. ¿Y el PSOE? ¿Cabe en esa nueva euforia izquierdista y desde abajo la sensibilidad de los socialistas obreros? “Yo al PSOE no lo considero izquierda, aunque sí considero izquierda a muchos militantes del PSOE”; sentencia Urbán.
El 21 de mayo, en el emblemático Patio Maravillas de Madrid, olor denso a 15-M, se celebrará una primera asamblea preparatoria de las jornadas del 7 y 8 de junio.
En la red, los de abajo ya nos podemos adherir a este proyecto desde alternativasdesdeabajo.org.
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